Hola Frida, Eva y todos:
Va el relato de la llegada tan esperada de Lila bebe a nuestra familia.
Todo inicio cuando a dos días de comenzar mi licencia por maternidad sentí que lila saldría antes de lo esperando, algo en mi decía que así seria.
Lila y el universo se encargaron también de darnos señales ya que por esos días comencé a tener algunas contracciones no regulares, aisladas (algo que nunca había sucedido durante el embarazo)
En esa primera semana, del tan esperado descanso por licencia, concurrimos como siempre a nuestra deseada clase grupal de eutionia, y para sorpresa de Frida, Eva y de nosotros mismos, fuimos los únicos en asistir a clase. Fue una experiencia única, mágica, de puro sentir y conexión de los 3, como dijo Frida: “Lila algo nos quiere decir” y esa fue la última vez que pudimos asistir a clases, ya que a la semana siguiente, a partir de unas pequeñas perdidas, de las cuales no se pudo saber el motivo (el embarazo estaba perfecto) nuestro médico nos explicó que no podíamos exponernos ni a Lila ni a mí a un parto, con lo cual el sábado 15 de septiembre supimos que Lila tendría fecha de desalojo dos semanas antes de los esperado y seria por cesárea.
Si bien, como siempre dice Frida, “es otra forma de nacer”, claramente no estaba preparada para despedir la panza y tampoco sería como lo había imaginado. Había sensaciones encontradas, por un lado de felicidad por conocer a Lila y de saber que, independientemente de como debería nacer las dos estábamos bien, por otro lado, sentía una angustia porque tan hermoso embrazo tenía que tener un final abrupto, ya que luego de la noticia tuve que permanecer en reposo durante dos semanas y medias. Durante ese tiempo los ejercicios aprendidos en clase me ayudaron a transitar el momento y lo más importante a poder recibir “soltando y sonriendo” a mi beba.
Y llego el gran día, el miércoles 3 de octubre a las 18:58hs con un peso de 2,940 Kg. con la compañía, el sostén y el amor de Gerardo que me hacías las oooooo con las que me sentía contenida y la tranquilidad que me trasmitía mi doctor quien me puso la canción que Lila escuchaba en su panza para que me relaje y pueda disfrutar, pasamos a Lila del otro lado de mi piel. Al instante de nacer su papá la agarró fuerte y la puso en mi pecho….. la felicidad nos colmó y pasamos a ser una familia de tres.
Hoy a 15 días de ese gran momento solo tengo palabras de agradecimiento por las clases compartidas, por cada palabra y mirada de Frida que siempre era de contención y en el momento justo e indicado, por la atención de Eva en cada clase y por todo lo aprendió.
Les dejamos un saludo y un cálido abrazo
Gerardo, Eugenia y Lila