Despues de tanto tiempo esperandola y preparandonos para su llegada, aprendiendo a hacer contacto con Ambar dentro de su hábitat con los consejos y herramientas de Frida y Judith, nos tocó el dia, la fecha de septiembre que tuvimos que elegir para que naciera, “mejor 28 que 27”, una situación extraña la de elegir la fecha de nacimiento de alguien, pero debía ser una cesárea programada y debía ser en la semana 39 de embarazo.
Como padre, ese día pareció un día fuera del tiempo, un día Limbo, en el que los eventos iban ocurriendo a nuestro alrededor, uno tras otro y creciendo en intensidad.
Nuestro desayuno a la madrugada de ese día, la ida al sanatorio, la llegada a la habitacion, la caminata con Gabriela mientras la llevaban en la camilla, mi espera con ambo amarillo en un cuarto chiquito, tiempito para cerrar los ojos, respirar, estar, hasta que vinieran a buscarme para entrar al quirófano, entrar y ver a nuestra obstetra (Eugenia Celentano, un amor que nos guió y contuvo en muchos momentos) y a tanta otra gente alrededor de la camilla, sentarme junto a Gabriela, poner nuestra musica.
Al instante puras sensaciones, los olores, los sonidos, Gabriela llorando y haciendo la OOOOOO que tanto habíamos practicado en los encuentros y que pensé que nunca iba a usar por la cesárea, pero me equivoqué, ahí estaba en la camilla llorando y emitiendo la OOOOOOO mientras nos iban contando que nuestra beba iba asomando sus piecitos primero (estaba sentada en la panza), sus piernas, la cola, la espalda y por último ver salir la cabeza, y mientras OOOOOOOOO de forma intensa y Debussy y George Harrison y nuestra beba conectada todavía a su cordón dando su primer “grito”. luego unos sonidos rítmicos, que me hicieron pensar en pájaros, pichón Ambar, poniendo en funcionamiento toda su potencia, la de aquellos hipos que habíamos sentido en la panza sólo unas horas antes, lágrimas, miradas y más miradas cuando la pusieron de nuestro lado, unión….
El resto es puro amor, con sus dificultades y noches largas, dudas y aciertos, pero inmensa felicidad de estar acá los tres, aprendiendo día a día unos de otros, ella de nosotros, nosotros de ella de acá en más.
Alma,Gabriela y Fabricio