Queridas Frida y Eva,
Bruno nació por parto inducido el 21 de agosto, 10 días después de su fecha probable de parto. Nuestra ansiedad y ganas de conocerlo estaban al máximo.
Fueron 15 horas de trabajo de parto. Las contracciones empezaron a las 3:30am, cuando ya hacía una hora que había fisurado bolsa. Las O me salvaron. En cada contracción las contaba, sabía que la 2da. O era la insoportable y que después de la 3ra. o la 4ta. tenía de nuevo unos minutos de paz.
Fue un trance largo. Por momentos al límite del dolor. Hasta el mediodía lo atravesé con eutonía y la contención de Juan que estaba atento a lo que iba necesitando. Pero llegó un punto en que la dilatación no avanzaba y accedí a la sugerencia de analgésico. Si bien me costó aceptar un parto medicalizado, agradezco haber llegado al parto y que nadie haya sugerido la posibilidad de cesárea, porque en el estado en el que me encontraba, hubiese accedido.
A las 14hs, con casi 12hs de trabajo de parto fuimos a la sala de preparto, estuvimos 3hs en las que practicamos los pujos. Veníamos bien pero el miedo al dolor intenso, hizo que aceptara la peridural para poder entregarme a los pujos.
17:15hs fuimos a la sala de parto con un equipo que nos hizo sentir muy bien. En cada pujo recordaba lo aprendido en tus clases y mi sacro empujando contra tus piernas. La voz de Juan acompañándome hacía todo más fácil. La partera le explicaba a la obstetra que sonreía porque así era la técnica de Frida. En la 3era contracción, pujé con todas mis fuerzas y escuché que me pedían que abriera los ojos. Vi salir a Bruno, acompañada por la alegría del equipo y envuelta en la emoción de Juan.
Sólo agradecerles por su acompañamiento. No sabemos cómo hubiésemos hecho sin las O y sin la práctica del pujo.
Estuvieron presentes en cada etapa.
Nos vemos para el toque eutónico! Con cariño,
Tamara, Juan y Bruno