Hola Frida, te cuento que llegué a vos por las redes, te empecé a leer y ver sin conocer el método. Lo primero de lo que me apoderé fue de tu frase: "Las embarazadas tienen muchos miedos pero no son premonitorios." Estas palabras me acompañaron todo el embarazo y me hacían bajar a tierra cuando mi cabeza volaba. Antes había tenido dos abortos espontáneos y viví con mucho stress y miedo estos nueve meses.
El jueves 3 de diciembre 23:56, nació Eugenia, nuestra segunda hija. Ese día me desperté temprano un poco molesta, había empezado a perder el tapón mucoso, el día transcurrió normal, hice gimnasia a las 8:30, durante la tarde hice el ejercicio del reloj sobre la pelota y las molestias se fueron.
A las 15 hs. tuve ginecólogo, estaba la suplente, me revisó, estaba de 1 de dilatación y el cuello un poco borrado, me dijo que estaba todo encaminado, que había que esperar las contracciones.
A las 19 hs tuve alguna contracción con dolor, empecé con unas "o" muy tímidas, a las 20 hs salimos a caminar los tres (Francisco, Paulina y yo) unos diez minutos y cenamos, parece que se venía Eugenia y quería tener fuerzas.
Después de la cena, Paulina quería ir a lo de mi prima de pijamada (era lo planificado para el día que llegara Eugenia), yo tenía dudas aún si sería una falsa alarma o si ya se venía, pero a las 22 hs, Francisco la llevó y yo me quedé en casa.
Ahí empezaron las contracciones a buen ritmo, cada 2 o 4 minutos, las "ooooo" las decía fuerte, me hacía muy bien saber que en la tercera "o" era el pico de la contracción y después ya bajaba.
Necesitaba estar parada, estirada casi colgada, no encontraba nada de la altura adecuada, a los 10 o 15 minutos volvió Fran, le pedí que me colgara la barra que va en el marco de la puerta. Agarrada de la barra, necesitaba que Fran me apoyara su mano en el sacro, sentir su calor me aliviaba.
Me di un baño, un par de contracciones en la ducha y a las 23 arrancamos para el hospital.
Llegamos y el ginecólogo de guardia me revisó y estaba de 8 para mi sorpresa. Mientras que me tomaba los datos para el hisopado, rompí bolsa, me hisoparon y fuimos a la sala de nacer, en el camino sentí muchas ganas de ir al baño y el ginecólogo dijo que deberían ser ganas de pujar.
Al llegar a la sala querían que me sentara para monitorearme y dije que no podía, el ginecólogo sugirió solo escucharle el corazón a Eugenia y estaba muy bien.
Enseguida llegó mi ginecólogo y me pidió que me sentara en la camilla para revisarme, me negué, era imposible, me dio la sensación que no quedó muy conforme y me dejó esperar a la siguiente contracción.
La contracción resultó ser un pujo intenso, intenté decir la "o" pero terminó siendo un gemido muy animal. Nunca me acordé que en el pujo había que sonreír y soltar. Seguía parada y no sabía donde estaba mi sacro como para pisarlo.
Escuchaba a Francisco que me decía que lo estaba haciendo bien. El ginecólogo sentado atrás, en el segundo pujo me dijo que ya estaba la cabeza ahí, en el tercero sentí que salió la cabeza y en el cuarto salió Eugenia, sin episiotomía ni nada... 23:56 no podía creer que siguiera siendo jueves, que se haya desencadenado todo tan rápido.
Muchísimas gracias Frida por el método, estar concentrada en las "o" en cada contracción me hizo sobrellevarlas muy bien. El toque de Fran practicado en clase fue también esencial. Quiero agradecerte además tu adaptación a las nuevas tecnologías en tiempos de pandemia que hicieron que pudiéramos tener clases directamente contigo desde Montevideo. Morí de amor como integraste a Paulina en las clases, gracias infinitas.
Abrazo apretado de Paulina, Eugenia, Francisco y Leticia.