Hola, Frida! El viernes 15 de febrero a las 9.27 am nació Gael con 37 semanas. Se ve que ya tenía ganas de salir.
Rompí bolsa a las 6:15 am y mientras buscaba el teléfono de la partera suplente (la nuestra se tomaba 4 días de vacaciones), me decía que seguro era una falsa alarma, que era poquito líquido. Para sacarme de dudas empezó una catarata que no se podía obviar.
Le expliqué a la partera que mi obstetra no tenía "plan de parto", porque en la última visita (el miércoles de esa semana), estaba un poco preocupado por el tamaño que ya tenía el bebé y lo que podría llegar a pesar a la semana 40, en especial teniendo en cuenta mi 1,40 de estatura. Habíamos quedado en que el lunes me hacía una eco y lo iba a ver para ver cuáles serían nuestras opciones. Me angustiaba, reconozco, no la cesárea en sí, sino que él me planteara hacer una cesárea programada dado que en mi semana 39 él no iba a estar. Por un lado, yo quería que estuviera él, por el otro no me gustaba decidir por mi hijo cuándo iba a nacer. El jueves tuve una de mis charlas mentales con Gael, pidiéndole, básicamente, que nos ayudara a tomar la mejor decisión para él. Tengo un bebé muy obediente, parece, porque ya al día siguiente rompió bolsa.
Nació por cesárea porque estaba con presentación cefálica, yo había perdido mucho líquido y no tenía dilatación (no tuve contracciones), con lo cual él estaba muy arriba todavía. Nació con 3,100 kg, pequeñito de largo como su madre y muy cachetón.
Venimos en estas semanas conociéndonos y adaptándonos a una nueva rutina. La "o" es nuestra gran aliada contra los cólicos. Sin duda Gael es un bebé eutónico.
Abrazo!