Mateo nació el 19 de agosto.
La fecha probable de parto era 9/8, pero nuestro hijo se sentía muy a gusto en el vientre materno. Por lo tanto, combinamos con el obstetra darle 10 días más de tiempo por si se decidía a nacer y sino nos internaríamos para comenzar la inducción.
En esos 10 días aparecieron contracciones varias pero sin intenciones firmes de trabajo de parto.
Dos días antes de la fecha de inducción, hice meditaciones con una gran amiga con la intención de contarle a Mateo que ya estábamos más que listos para recibirlo, que se animara. Pero, el hizo pleno uso de su “monoambiente” materno hasta la fecha límite.
Así fue que nos internamos el 18/8 por la noche en el Hospital Italiano.
La primera pastilla para inducir me la dieron a las 2.30 am. Eso generó algunas contracciones pero no con la suficiente fuerza para comenzar con el trabajo de parto.
La segunda dosis vino a las 7.30 am y ahí sí! paulatinamente comenzamos con el trabajo de parto! Las contracciones fueron ganando intensidad y frecuencia, la “ooooo” estuvo presente en todo momento y siempre las emitimos en conjunto con Santi.
Ya cerca del mediodía las contracciones se hacían cada vez más duras y le pedí a Santi que por favor pusiera su mano en mi sacro. Eso fue mágico! Con solo sentir su mano ahí sumada a las “oooo” que repetíamos constantemente, conseguíamos atravesar el dolor con menor sufrimiento.
La partera hizo un tacto y constató que estábamos con una dilatación de 8cm, por lo tanto decidimos que era momento de colocar la peridural y trasladarnos a la sala de dilatantes para recorrer los poquitos centímetros que nos faltaban para el parto.
Ya en la sala de dilatantes con la peri colocada, notamos que Mateo seguía muy arriba y no conseguía encajarse del todo. Para ayudarlo a bajar, me rompieron la bolsa y ahí se vio mecoño. En paralelo las pulsaciones del bebé comenzaron a descender, lo cual indicaba que había cierto sufrimiento fetal y no podíamos demorarnos mucho más.
Rápidamente se hizo presente el obstetra y decidimos sin más ir a cesárea para que nuestro bebé naciera lo antes posible y en las condiciones más seguras para él.
Mateo nació a las 13.05, necesitó unas pocas ventilaciones para abrir sus pulmoncitos y gritarle al mundo que ya había llegado!
Como dije, Mateo nació el 19 de agosto y ese día el universo le otorgó a nuestras vidas un nuevo orden. No se inventaron aún las palabras para describir semejante amor!
Si bien nos quedamos en la puerta del parto natural, como dice Frida, “la cesárea es también una hermosa forma de nacer”
Judith y Frida, nuestro agradecimiento hacia ustedes es inmenso. Fue hermoso transitar las clases desde el inicio del segundo trimestre, emocionarnos con las parejas que pasaban por el pujódromo, experimentarlo nosotros, compartir experiencias, en fin…cada clase fue un regalo. Y lo mejor de todo fue ponerlo en práctica durante el trabajo de parto y que fuera de tantísima ayuda. No se si hubiera podido atravesarlo sin la “ooooo” y sin la ayuda de Santi en todo momento y esa mano sanadora en el sacro que se la recomiendo a todos.
Un abrazo gigante para ambas y nuestros mejores deseos para todas las familias que toman el curso, lo mejor está por venir!
Con todo nuestro cariño,
Ceci, Santi y Mateo