Relato de nacimientos
(El plural de "nacimientos" no es un error de tipeo, yo también nací.)
Nació Mora. Esperada por años, deseada y soñada durante miles de noches. Desde el principio de la gestación quisieron encajarnos en las estadísticas. Viniste a este mundo demostrando que esas estadísticas no pueden valorar la vida. Que el límite superior de lo normal, que la hormona alta, que el percentil y la curva, que el peso, que la placenta ya no migrará. No hay estadística que mida la fuerza para estar hoy acá. Cuando la vida está decidida a abrirse paso, sucede, dentro o fuera de los valores preestablecidos y de todo parámetro médico hegemónico. Porque por suerte todavía hay misterio en el universo. Nada, absolutamente nada, fue como había pensado, soñado, planeado. En realidad una sola cosa era la soñada, Mora. Quería que fuera en casa y fue en una clínica. Quería que sea parto vaginal y fue cesárea (al menos vivir el trabajo de parto juntas...no, fue programada). Que esté conmigo desde el minuto cero hasta irnos de la institución y estuvo internada en neo, pasaron 24 hs para poder verla (eso me duele) y 18 días para volver a casa. Así son las cosas. Podemos planearlas, pero las cosas son y punto. No hay pasado y el futuro no existe. Sólo está el presente como única opción de vivir y experimentar. Día a día, hora por hora. La vida se va haciendo camino (¡que trillado!) y ahí está el desafío. Justo ahí, en el gerundio de cada paso. Ahí justito, pum diste el paso, ya no existe. Vivir en presente, sentir en presente. Mora nació así, vino con esa enseñanza bajo el brazo.
Aún así tengo momentos de angustia por no poder haber vivido el parto, no puedo negarlo. Pero puedo jugar caprichosamente con la palabra y decir que tuve un parto con-jugándola. Porque parto de la mujer que fui a la que soy. Porque me parto en mil pedazos para armar un nuevo rompecabezas. Parto mi ego porque el eje cambia. Parto hacia un viaje lleno de incertidumbres y certezas de amor. Parto desde ese instante que nos miramos a los ojos intensamente por primera vez hacia esta aventura de amarte siempre. Bienvenida Mora, nos inauguramos juntas.