¿Cómo estás? Esperamos que muy bien.
Teníamos planeado escribirte el lunes pasado (28/2) para avisarte que no íbamos a seguir con las clases a partir de la primera semana de marzo, ya que estábamos muy próximos a la fecha probable de parto (6/3) y yo venía bastante cansada. Y justo ese día Valentino decidió venir al mundo, así que acá estamos, una semana más tarde, compartiendo las buenas nuevas.
Arranqué con contracciones durante la madrugada del 27/2 y, desde entonces, con Valentino, estuvimos trabajando durante 20 hs con la intención de lograr un parto vaginal.
Costó que rotara para colocarse en la posición necesaria y, cuando finalmente lo hizo, se dificultó que baje lo suficiente como para lograr dilatación completa. Como ambos estábamos agotados y aún faltaba mucho, optamos por una cesárea. Fue súper respestuosa y cuidada.
Las 20 hs que duró el trabajo de parto, con Pablo, estuvimos diciendo la "o". Eso, la mano en el sacro durante todo ese tiempo y varias horas en la bañera de casa y el sanatorio hicieron la gran diferencia para que yo pudiera atravesar el dolor y superar el cansancio. Las "o" me acompañaron en el viaje en auto y me permitieron soportar las 5 contracciones que atravesé en el camino de casa al sanatorio sin que nadie me hiciera presión en el sacro, ya que Pablo iba manejando y la partera viajó en su auto.
Las "o" del principio fueron más calmas y profundas y las del final un grito, pero no cesaron en ningún momento hasta que me dieron la anestesia para la cirugía que trajo a Valentino a este mundo.
Hicimos tan solo dos meses de clases con vos y fueron claves para tener recursos que me aliviaron y me permitieron seguir adelante durante tantas horas, así que te estamos sumamente agradecidos por las enseñanzas y la buena energía que transmitís.
Un beso enorme para vos y Judith y todo lo mejor para ambas y para nuestros compañeros de los miércoles y feliz encuentro de ellos con sus respectivos bebitos.
Nano, Valentino, Pablo y July