Hola Frida,
Te cuento que Avir nació por cesárea programada el de junio porque estaba sentado en mi panza. El nacimiento fue increíble, lo sacaron y no lloraba al principio, me lo acercaron a mí y a Sebastián para que lo conocieramos y fue el momento más emocionante de mi vida.
Lo que recordé en toda la cirugía fue sonreír. Sonreír me ayudó a sobrellevar con alegría y soltar también.
Gracias por tus hermosas enseñanzas.
Un abrazo
Gabriela, Sebastián y Avir