Relato de Elena
Quiero empezar mi relato diciendo que a pesar de que mi deseo era tener un nacimiento vaginal, dude muchas veces sobre mi capacidad de atravesar el dolor. Siempre fui muy miedosa, y sabia que eso me podía jugar en contra mas allá de tener un buen estado físico previo u otras cosas que me decían que iban a facilitarme el parto. Pero como soy terca y me gusta llegar a los limites, decidí enfrentar los miedos y tratar de lograr mi deseo. Conocí a Frida por una amiga y supe que era lo que necesitaba el mismo dia que vi un video de ella en youtube y baje su libro de internet. La conexión fue inmediata.
Me despierto la madrugada del miércoles 24 a las 3 am sintiendo líquido entre las piernas. Me di cuenta que había fisurado bolsa y desperté a Alejo, sabiendo que ese dia nacería Esmeralda, de una forma u otra. También sabia que tendría que hacer el trabajo de parto en el sanatorio, porque me tenían que pasar medicación debido a la bolsa rota. A las 5 am llegamos al Finochietto y ya nos internamos. Las contracciones eran suaves y tolerables. Estuvimos riendo, bailando y cantando O hasta la dilatación 6/7. Me habían dicho que debiamos ayudar a Esme a que baje el mentón por que no coronaba. El dolor de las contracciones empezó a ser muy fuerte a partir de esa dilatación y las contracciones no estaban ayudando a que el trabajo progrese porque Esme no bajaba el mentón y yo no podía ayudar con tal dolor. Yo ya estaba en trance, no podía entender lo que me pedían, probábamos distintas posiciones para ayudar a Esme, distintos pujos, yo casi ya no escuchaba. Me acuerdo de mirar a la obstetra y tratar de entenderla con la mirada, de fondo siempre la O llegaba de lejos. Hasta que en un momento decidimos ir por la peri, accedí sin dudarlo, entendí que ese era el camino. Fuimos a la sala de parto, la anestesia fue fácil, un bálsamo, el respiro que me dio fue altamente necesario para lo que se vendría después. Llego Alejo, recuerdo decirle: “que lindo que estas con el ambo azul”, sentía las contracciones pero podía respirar y hablar. Llegamos a la dilatación completa y cada contracción era usada en su totalidad para ayudar a que Esme baje el mentón. Yo cada vez tenia menos fuerza, y dejaba las contracciones “por la mitad”, “por qué me aflojas?” Me decía la obstetra, “por que no puedo mas” le decía, agarraba con máxima fuerza las palancas al costado de la camilla y tiraba tanto que me quedo doliendo toda la mandíbula luego del parto. Recuerdo pedir mucha agua, tenia reseca la garganta, recuerdo la partera aplastarme la panza y notar que ya no había mas bebe en la panza, estaba todo en el canal de parto. La obstetra manipulaba, yo no entendía si estaba progresando o no. Ellas me decían que todo iba bien, que ya estaba abajo, le mostraban el pelo a Alejo que me decía “ya esta mi amor, esta ahí” y a mi cada tanto se me escapaba el “no puedo, no puedo” y la obstetra me decía “no me aflojes, ya la sacamos”. Después de un tiempo eterno para mi, la partera me dice ahora incorporate y la agarras vos, “NO” le dije, no se porque, se me ocurrió que si veía eso me iba a desmayar de la impresión, o simplemente estaba demasiado cansada. En eso Alejo y la doctora dijeron “Ya esta! Ya esta!” Y yo seguia diciendo “No, no!” “Cómo no? Si, ya esta!” Y me la ponen arriba del pecho. La mire, levantó su cabeza y me miró. Nació con los ojos abiertos. Me miro a los ojos y nos abrazamos los tres. Eran ya las 13:20 hs del miercoles 24/07.
Con el correr de los dias, los relatos de Alejo y de la doctora, fui entendiendo todo lo que paso. Fue realmente trabajoso llegar a mi deseo. Era mas facil una cesárea (al estar mal ubicada su cabeza), era mas fácil sacarla con fórceps (porque estuvo una hora y media atorada en el canal de parto con 10 de dilatacion), porque el tamaño de su cabeza era mas grande de lo normal, porque tenia una vuelta de cordón, porque yo no había dormido y estaba hacia mas de 24 hs despierta, porque las contracciones con bolsa rota son mas dolorosas. Asi y todo, en esas circunstancias, con todos mis miedos e inseguridades, puedo decir que lo logre, lo logramos, las dos, los tres. Tuve un parto, respetado y natural o mejor dicho un nacimiento Eutonico. Lo hicimos Frida, sin tu ayuda no creo que hubiera podido. Asi de importante fueron tus clases, tu presencia incluso en la sala de parto, recordaba tu cara, tus palabras y el mantra de Alejo siempre de fondo con alguna que otra indicación que cada tanto lograba escuchar.
Esperamos con ansias la clase del toque. Gracias por tanto Frida y Eva. Todo una lección de vida para mi aprender a soltar a Esme.
Relato de Alejo
El miércoles 24 a las 3am me despierta la luz prendida y Ele parada a mi lado diciendo: "creo que rompí bolsa". No entendía muy bien qué pasaba, nos habíamos dormido aproximadamente a las.12:30. Le digo que cambie el apósito para ver cuanto tardaba en mojarlo. Luego de 5' me dice "esta empapado". Le digo que llame a la partera, que me iba a bañar y afeitar. Cuando salgo me dice que llamó y que nos esperaban a las 5 am en el sanatorio. Se baña ella, completamos el bolso y Ele ya bailaba a saltitos sobre la cama, sabíamos que tenía que bajar. Llegamos en auto y una vez ahí le conectan la vía a Ele para pasarle medicamentos. Las contracciones se hacían presentes pero a fuerza de O se podían tolerar. Charlabamos, te recordabamos, escuchábamos una playlist que hicimos para recibirla. Llegamos con 3 de dilatación y a la 1 ½ hora ya iban 4/5. A mi me entusiasman a el progreso. El problema era que Esme no bajaba, tenía la posición "indiferente", no agachaba la cabeza para coronar. En un viaje de Ele al baño la partera me dice que si no pasaba eso, si Esmeralda no agachaba la cabeza, íbamos a tener que ir a cesárea. Obviamente esto me lo guardé, me puse un poco nervioso, pero lo disimule bien, y seguí acompañando a Ele con las O. La partera le pasó oxitocina y las contracciones se hicieron mucho más frecuentes, y el dolor más intenso. Nos habían dicho ademas que las contracciones con bolsa rota duelen bastante.
Si bien en un momento pensamos no pedir peridural, sabíamos que era una posibilidad.
Ele ya no necesitaba decirme cuando venía una contracción, su cara me lo decía y automáticamente empezaba con la O yo, luego se sumaba ella.
En el segundo tacto la dilatación venía muy bien y Esme bajaba un poco más. Pero el dolor ya jugaba un papel muy importante. Si bien tratamos de atravesarlo, Ele empezaba a cansarse y a desorganizarse. Practicaron un pujo con la partera para tratar de que el empuje haga que Esme baje su cabeza, pero se hacía difícil, bajaba pero muy lento.
La tercera parte del trabajo de parto fue la más difícil: estábamos los dos muy cansados, esperábamos a la obstetra que llegaba a las 10 ya más ansiosos a que haga un tercer tacto. Ele ya no conversaba conmigo, yo seguía con las O firme pero ella estaba en un trance.
Llega la obstetra, hace un tacto y nos dice que la dilatación venía en 6/7 pero que Esme seguía un poco arriba y no bajaba su cabeza, y nos sugiere la peridural, indicando que la iba a ayudar a correrse un poco de lo central que es el dolor y a ayudarla a Esme a llegar al canal de parto. Ele ya estaba en cuclillas en el piso, sólo se comunicaba mirando. Miraba fijo a la obstetra, miraba fijo a la partera, me miraba fijo. La partera decía que yo parecia un tenor, y es que incluso cuando ellas querian hablar con Ele, yo aparecía cantando la O.
Sin pensarlo acepta la peridural y ahí empieza la 4ta parte del parto: me fui en el momento en que apareció el anestesista a cambiarme para entrar en la sala de parto. Me dejaron esperando en la entrada, y juro que me acordé de todos los míos e invoque a todos mis familiares ausentes para que nos acompañen en este momento.
Cuando entro en la sala Ele estaba mucho más relajada, conversaba, sentía las contracciones pero íbamos a esperar media hora para que hagan un buen efecto los analgésicos, para aprovechar y darle tiempo a la mamá. Se escuchaban otros bebés llegando al mundo y yo entré con una sonrisa a la sala. Antes de entrar, y habiendo atravesado el pudor y el miedo, me puse a hablarle a Esme. Lo hice desde el principio y me confirmó que sirve aquel primer ejercicio que nos enseñaste de apoyar las palmas de las manos en la articulación sacro-iliaca de la mamá y hablarle a la panza. Como estuvo 9 meses escuchando a su mamá dictar clases de yoga, le pedí que haga algo que ella suele pedirle a sus alumnos: llevar el mentón al pecho. Le agradecí lo obediente que había sido durante todo el embarazo, pero ahora faltaba eso.
A las 12:55 ya habia dilatación completa así que empezaron las 4: Ele y Esme a la cabeza, la obstetra y la partera con diferentes técnicas, para ayudarle a organizarse con las contracciones.
Ya con la peridural Ele pudo pujar mejor, eso debe haber ayudado a que Esme baje su cabeza. Le pregunté a Ele si quería que sigamos con las O o ya nos organizabamos para el punto. Me dijo que prefería tenerme cerca, así que apoyé mi mano en su espalda, la otra en el bolsillo o cerca del vaso de agua que ella había pedido y cada vez que venía una contracción le pedía que sonriera, y ella respondía así, sonriendo y haciendo fuerza.
La última parte, la salida de Esme aún me emociona: ver a su mamá hacer tanta fuerza, ver sus pelos en el canal de parto, ver a la partera empujarla desde la panza y a la obstetra rodeando esa cabezota (era grande de verdad), es algo que no voy a olvidar jamás.
Siempre estaré agradecido por toda tu enseñanza Frida, agradezco haber podido estar presente y serles útil a las dos, entender de qué se trata atravesar el dolor, nunca negarlo. Agradezco haber aprendido a hacer algo con eso. Hoy uso las O para calmar los cólicos de Esme y le hacen muy bien.
Desde el momento en que nos asignaron la habitación para el trabajo de parto y empezamos con las ooo, los dos nos acordamos de vos y lloramos, te tuvimos presente siempre y para siempre vas a estar con nosotros.