Nació Ambar!!!2019!!!

No sé porque pero todo el embarazo sentí que Ámbar iba a nacer antes. Pareciera que el instinto materno no estaba bien calibrado.
Nuestra FPP era el 4 de octubre.

Para esa fecha, ya tomando mis tecitos de hojas de frambuesa y sin ninguna sensación de que alguien tuviera ganas de venir al mundo, nuestra ansiedad ya venía lidiando con las de la familia, los amigos, los compañeros de trabajo y hasta incluso la cajera del supermercado y la encargada del edificio. “¿Y?” La pregunta recurrente que nos hacían.

Desde el primer monitoreo, el obstetra nos venía anticipando que la nena era muy grande y que tal vez había que inducir el parto. Me molestó que me lo dijeran en la semana 38. Yo había leído muchísimos relatos de partos en foros: ¡entre la semana 38 y la 42 puede nacer! Habíamos hecho casting de obstetras (Nos quedamos con el 4to); leído mucho sobre parto natural y cesárea, miramos documentales, etc. QUERIAMOS ESPERARLA PORQUE QUERIA UN PARTO RESPETADO Y SIN INTERVENCIONES.

En la semana 39.3 (tercer monitoreo), la ecografía daba que pesaba 3.6 Kg. Esto fue lo único que me asustó e innecesariamente.

Después del quinto monitoreo (40.3) el obstetra nos dice “¿Cuándo los veo, miércoles, viernes o lunes?”: Contestamos que el lunes, intentando darle el mayor tiempo posible a Ámbar de estar preparada. El obstetra nos aclara que si para el fin de semana no hay noticias, nos van a estar llamando las parteras.

Ese viernes 11 de octubre pese a lo ballena encallada que me sentía (de la panza que tenía me preguntaron si esperaba dos) y el padre de la criatura diciéndome que ya habíamos ido varias veces que para qué una más: fuimos a lo de Frida. Yo lo necesitaba y lo agradezco.

“Quién nace”

“Ámbar”

“¿Cuándo nace?

“4 de octubre” (Risas y caras)

Me sentí especialmente cuidada esa última vez y me lleve dos o tres ideas que me sirvieron un montón el día del parto. ¡Hacer las “O” en los tactos, por ejemplo! Esa noche tuve cinco contracciones a lo largo de la noche.

Llegó el sábado 12 de octubre (41.1) y el mensaje de la partera Rosana “¿Alguna novedad?” y que estimulara TODO: los pezones con crema, sexo, ejercicios sentadilla, sentarme en la pelota…

El domingo 13 al mediodía fui a Finochietto y Rosana me separó membranas. Y me dijo que pase lo que pase, debía estar al otro día a las 7.45Hs ahí. Esa tarde un poco angustiada, le pregunte si no podíamos esperar uno o dos días más. Muy amorosamente me explicó porque ellos no me esperaban más. Pese a todo lo que había leído y quedándome algún que otro día para llegar a la semana 42, confié en ella y yo también sentía que ya era hora.

Lunes 14 de octubre.

Voy a resumir el preparto inducido. Llegamos. Habitación. Nos instalamos con pelota, inflador, hornito con esencias que nunca prendimos, parlante que nunca encendimos. Me pusieron la oxitocina sintética famosa. Me pude mover en todo momento: pasaba de la pelota a la ducha al principio y al final me quedé en la camilla. Sin las “OOO” no puedo imaginarme todas esas horas. Martín me diría después “Las gastaste a las ooo” y así fue. Estuve horas. Pase todo el día de contracciones con los tres tipos de “OOO”. La primer mitad del día todo muy lindo “¿Era esto nomás? Pan comido”, Martín haciéndome masajitos, tirándome agua con el duchador… La segunda parte, me admiro y admiro a todas las madres del mundo. Me encomendé al universo y pensaba en todas las mujeres que parieron y me decía a mí misma “Yo también tengo que poder con esto”. Habíamos preparado un listado de Spotify para este momento. Hay canciones que Martín ya no podrá escuchar más.

Me llevaron a la sala de parto y me pusieron la Epidural a las 18 Hs., creo. Yo que no quería intervenciones tengo clarísimo que de tener otro hije en esta vida será con mi amiga la Epidural. Me preguntaron si quería música. Al principio dije que no. Todo fue mágico en la sala de parto. Tenía 4 de dilatación y la beba en el esternón. Pasamos por todas. Primero la genia de Rosana me dijo al oído “Vas a tener el parto que querés”. Nos quedamos los 3 solos, Martín ayudaba tirando vaselina. Llegó un momento que me dijo “No baja, por algo debe ser” y yo pensaba angustiada en todo lo que había leído que siempre las inducciones terminan en cesárea. También, qué tal vez ella no quería o sabía que no podía nacer por abajo y que habíamos sufrido mucho dolor muchas horas y quería que nazca como sea.

Muchísimos pujos después y contra todo pronóstico, CORONO, asomó la cabeza. Pedí que pusieran música pero de la emoción no recordaba el nombre de la que escuchamos todo el embarazo. Dije el nombre del grupo: Ainda dúo. Llegó el obstetra. Empezó a salir AMBI mágicamente cuando sonaba su canción “Recuerdos de Ipacarai”. Como me había prometido Tomás, estiré los brazos y ayudé a mi hija a venir con nosotros a este mundo.

Gracias Frida y Eva!
Besos de Ámbar, Martín y Flor