Hola Frida, finalmente puedo sentarme a escribir el tan esperado relato del nacimiento de Miel. No puedo hacerlo sin una infinita emoción y lagrimas en mis ojos.
Miel nació el 3 de febrero a las 20:31 hs en la Trinidad de San Isidro.
A la mañana fuimos al obstetra y en el monitoreo salió que algo del ritmo cardiaco bajaba, el medico muy cuidadosamente y sin asustarnos nos hizo ir a hacer una ecorafia para chequear que todo este bien. Ahi vimos que el liquido amniotico había disminuido y que había una arteria que no estaba funcionando tan bien, el ecografo no nos asusto ni nada, con mucha tranquilidad nos dio el resultado y le mandamos Rodolfo, alias Rodo, nuestro obstetra. Nos llamo al instante y con mucho amor nos explico que esa misma noche iba a tener que nacer Miel, que no podia inducirme ni siquiera, no le parecia seguro, lo mejor era ir a una cesarea.
No lo dudamos ni un segundo, al instante reinaban las lagrimas, los miedos pero sobre todo la felicidad de saber que esa noche íbamos a conocer a nuestra tan esperada Miel.
Llegamos a la Trinidad a las 18:30, nos encontramos con Gaby la partera que nos acompaño y acomodo todo muy rapido y con mucho cariño, a partir de ahi todo empezo a pasar muy rapido, llego Rodo, me llevaron en una camilla al quirófano, me pusieron la anestesia, reinaba la buena onda y el cariño. Yo que tanto panico le tenia a la cesarea y que siempre habia pensado que iba a tener un parto normal, natural, vaginal o como lo llamemos, me encontre teniendo que soltar todo mis prejuicios y mis ilusiones por amor y respeto a la vida que estaba llegando.
Todo empezo y yo no pude hacer otra cosa que empezar a decir la O cada vez mas fuerte, de fondo sonaba una playlist de musica brasilera, le pedi a Ricardo que porfavor diga la O conmigo, y nunca me senti tan acompañada, los dos diciendo esa O aprendida en la clase, que dejaba de ser un ejercicio para convertirse en la manera de atravesar el miedo que senti en ese momento. A las 20:31 ahi estaba Miel, que después de observar a todos y cada uno empezo a llorar y fue el grito de mas amor que yo puedo haber sentido, un ¨hola vida, aca estoy¨
después de eso la pesaron, peso 3,450K. el obstetra se me acerco para contarme todo, claro que es muy importante que nos cuenten para ser los protagonistas de nuestra historia. Nunca nos separaron de Miel, la pusieron en mi pecho y de ahi para siempre con nosotros.
Gracias Frida. Gracias por la O, por tu mirada complice en cada clase, por tu maestria, por cada emoción vivida en cada pujo en clase, por hacernos conectar como pareja y como padres, por ayudarnos a transitar este nuevo camino tan desconocido y unico.
Y gracias por comunicarme que la cesarea tambien es una beneficiosa manera de nacer.
Gracias Frida, Eva y todos los compañeros que compartieron cada clase con nosotros.
ya estamos en casa, felices y aprendiendo segundo a segundo.
Sofia, Ricardo y Miel