Gabriela Corrales
Adjuntos
8:24 (hace 9 horas)
para mí, Fede
Querida Frida, esperamos que estés muy bien. Después de poco más de 6 semanas que se pasaron como un parpadeo, encontramos el tiempo y la energía para escribir nuestro relato.
El sábado 5/9 a las 6.30 am nos despertamos con contracciones muy suaves e hicimos vida normal, pero como al mediodía continuaban con cierta frecuencia, fuimos a la guardia. La partera de guardia nos dijo que aún no había dilatación, que las contracciones eran de preparto y que podían seguir hasta ser de parto, o irse, ya que nos faltaban dos semanas para la fecha estimada.
Llegamos a casa y entramos a nuestro encuentro por zoom un rato después de empezada la clase. Pudimos hacerla sin problema, aunque tuvimos que frenar un par de veces durante los ejercicios para hacer las "ooo" por las contracciones. ¡Hicimos el simulacro del pujo y todo!
Después de la clase merendamos, vimos fotos viejas, cenamos y sin darnos cuenta las contracciones fueron haciéndose cada vez más fuertes. La noche se pasó entre muchas "ooo", mensajes al obstetra, distintas posiciones, baño de inmersión, y más y más "ooo" compartidas. Por indicación médica, estábamos esperando que las contracciones duraran 1 minuto, pero eso nunca pasó y a las 6.30 de la mañana cuando ya costaba sostener el dolor y el cansancio, decidimos ir al hospital. Llegamos con 8 de dilatación, así que dos horas, una gloriosa peridural y cinco pujos contundentes mediante nació Tuti.
Tener conciencia y cierto conocimiento del espacio por el que pasaría el bebé y haber hecho el simulacro de parto en clase fue genial, nos dió sobre todo tranquilidad y confianza. El parto fue hermoso y muy distendido, había una energía súper linda en el ambiente y todo simplemente fluyó. El equipo del hospital nos acompañó y disfrutó con nosotros.
Hasta acá, el relato del parto. Sin embargo, hay algo más que me gustaría agradecer y compartir personalmente (Gaby).
Por varios años, el eje rector de mi vida fue mi trabajo, y esto no cambió mucho durante el embarazo. Al punto tal que durante el último trimestre decía en broma que por favor me esperara a la fecha estimada de parto porque tenía unos pendientes que entregar.
En una de las últimas ecos vimos que Tuti todavía no estaba en posición, y eso me hizo caer en la cuenta de que si bien las clases de los sábados nos habían ayudado a conectar con nuestra mapaternidad y con el bebé, yo no estaba haciendo el espacio suficiente, el espacio real que él necesitaba. A partir de allí, no solo hicimos los ejercicios del libro sino, sobre todo y en base al abordaje aprendido en las clases, me dediqué a bajar revoluciones y a transmitirle a nuestro hijo que efectivamente lo estábamos esperando, que todo lo demás podía postergarse.
Esas semanas escuchamos mucho una canción que nos enviaron unas amigas para que pudiéramos despedirnos de la panza. No sé qué de todo fue lo que funcionó, pero agradezco que el mensaje haya llegado, que se haya puesto en posición y que acto seguido haya decidido salir, incluso antes de lo previsto. Realmente todo lo demás podía esperar.
Gracias de nuevo Frida, no solo por prepararnos para el momento del parto, sino también por acompañarnos en este proceso de profunda transformación, por ayudarnos a entender y conectar con nuestra mapaternidad, con lo instintivo que llevamos como seres humanos y con nuestro bebé, por favorecer el encuentro.
Dejamos acá la canción que nos acompañó como un mantra la última semana, para quienes estén necesitando despedirse de la panza:
https://youtu.be/ZOXTFhF76do
Un abrazo grande y hasta pronto.
Gaby, Fede y Tuti