Hola Frida! Como te mandamos un mensaje hace unos días, el miércoles 18 de noviembre nació Lucía a las 3.40 de la madrugada.
El martes por la noche habíamos estado viendo todos juntos el partido de Argentina y luego al irme a acostar y alrededor de las 00.30 empecé con contracciones algo dolorosas. Habiendo ya transitado el camino del trabajo de parto con nuestra otra hija Sofi, pensábamos que teníamos un par de horas por delante así que con mucha calma comenzamos con la tarea de atravesar el dolor y acompañar a Lucía en su camino a conocernos.
Poco tiempo después, siento que la bolsa se rompe (un ruido y algo de agua) y a partir de ahí todo se volvió más rápido. Las contracciones se volvieron de golpe muy frecuentes y dolorosas y comencé a sentirla a Lucía querer hacerse espacio hacia el afuera.
Mi primer instinto fue por miedo a lo que estaba pasando contraer mi cuerpo con lo que el dolor solo empeoró, pero una vez que me di cuenta que era inevitable que Lucía naciera ahí en ese momento (y que no ibamos a poder trasladarnos al hospital como habíamos planeado), me di vuelta colocándome boca arriba y decidimos acompañarla.
Mi marido se colocó al pie de la cama y me dijo que ya veía la cabeza - que con un poco de fuerza terminó de salir -. Pero quedaban los hombros y el resto del cuerpo. Anahí, la partera, estaba al teléfono y nos dijo que teníamos que seguir pujando para que pueda terminar de nacer así que intenté hacerlo sin éxito una vez. Por suerte, en ése momento Lucas recordó nuestros encuentros y me dijo: "acordate de Frida", así que con la próxima contracción pisé con el sacro y solté abajo (así, tal cual!) y con mucha alegría sentí nacer a Lucía. Lucas la agarró en sus brazos y me la colocó al pecho, lloraba y estaba rosa!.
No quedó mas que trasladarnos rápidamente al hospital cosa que hicimos de inmediato, y por suerte estamos bien los cuatro ya en casa.
Te agradecemos enormemente habernos acompañado, fuiste muy importante en toda la espera, tanto mental como psíquicamente y estuviste también en ese momento tan especial - aunque no planeado - ayudándonos a recibir a Lucía con una sonrisa.
Un saludo enorme.
Cata, Lucas, Sofi y Lucía.